Microbiota I. La muerte comienza en el colon.

Nadamos en un mar de información y somos llevados por un torbellino de ideas. Nadie tiene una correcta concepción de la verdad o de que la salud es la única verdad importante. Todo lo que funciona, en algún momento puede dejar de hacerlo y en ese instante, somos conscientes de su importanciaTodo está en todas partes, el ambiente selecciona.

¿y Si te dijese que la culpa es de las bacterias? Los microbios, la forma de vida primigenia. DesignSimples pero eficaces, lo han colonizado todo y están por doquier. Donde pienses, mires o digas están. Poseen una enorme capacidad de adaptación y proliferan en cortísimos intervalos de tiempo. enlace. enlaceenlace. Buen ejemplo es su rápida capacidad para mutar y anular antibióticos, gran problema a nivel mundial. enlace. Mejor llevarse bien con ellos, verdad? Nada escapa a su poder colonizador. Vídeo

¿Tienes gases, ventosidades, flatulencias, pedos? Quizás pienses que algo que comiste te sentó mal. Lo que expulsa es resultado de la dieta y la composición-actividad de las bacterias del colon.enlace. Si huele mal…. mal está dentro.

Ya los egipcios decían la muerte llega desde el colon. Allí viven la mayoría de tus microbios o microbiota o flora intestinal o microbioma y, estos huéspedes, pueden ser los responsables de tu muerte. La gastroenteróloga Robynne Chutkan en «La solución Microbioma» (2016) expone que todas las enfermedades graves o crónicas empiezan en el intestino. Quizás en el futuro, el médico, en vez de medir tu índice de masa corporal (IMC), esté más interesado en evaluar el estado de tu microbiota. El microbioma intestinal tiene que ver con casi todo lo que nos hace enfermar. Veámoslo.

La puerta de entrada al cuerpo son los alimentos. Durante su avance se encuentran con sucesivas barreras. La primera, la saliva, contiene sustancias antimicrobianas (lactoferrina, lisozima o inmunoglobulinas). Aún así debemos cepillar los dientes para evitar sarro bacteriano. La segunda, el estómago, los microbios son sometidos a ácidos con pH muy bajo (capaz de disolver elementos); A continuación, en la primera parte del intestino delgado (duodeno y yeyuno) se vierten sales -bilis y jugos pacreáticos- con un pH muy alto (también capaz de disolver). Los microbios, en esta parte, son 100.000 veces inferior al colon. Streptococcus y Veillonella son habituales, pero también Clostridium, Escherichia y Turicibacter, relacionados con enfermedad intestinal. Por último, la mucosa colónica.

Plantas, animales y humanos, enlace, viven asociados con microorganismos, en equilibrios muy complejos, dotándolos de características y capacidades particulares.  Cuando el equilibrio o homeostasis de los microbios hospedados en nuestra microbiota (=holobionte) se rompe, aparecen problemas de salud. Entonces se habla de disbiosis microbiana. La disbiosissegún M. A. Almodóvar en su libro «El segundo cerebro» está en estrecha relación con obesidad, celiaquía, asmaenfermedad de Crohn, síndrome metabólico, diabetes, alergias, eczemas atópicos, autismo, enfermedades autoinmunes y varios tipos de cáncer. Además de alteraciones psicológicas y mentales. El empobrecimiento o desequilibrio microbiano favorece el estreñimiento crónico, el nerviosismo, el insomnio, el cansancio, migrañas, fibromialgia, déficits de minerales y oligoelementos como magnesio, cobre, zinc o litio.

Por tanto, Designsi tenemos una microbiota en orden, lo más probable es que el sistema inmune funcione bien. La microbiota es como un mercenario a los ojos del sistema inmune: ocupan el espacio e impiden que se alojen microbios patógenos, son un escudo. A cambio el cuerpo «paga» en mucosa (comida para los microbios) para que ayuden a expeler a los gérmenes patógenos y den alerta (inflamación) a las células Policia del cuerpo. Además, producen antimicrobianos o bacteriocinas, tóxicos para otras bacterias con las que compiten por los mismos nutrientes.

Cada persona tiene una microbiota diferente, formada por distintas  especies de bacterias, virus, arqueas y células con núcleo. Son como nuestra «huella dactilar» y, posiblemente nos acompañarán toda la vida. De hecho, sus genes funcionan como una extensión de nuestro propio genoma. Un estadounidense medio tiene cerca de 1.200 especies distintas en sus tripas. Un amerindio amazónico 1.600 especies. Una persona rural tiene más especies que un urbanícola. Si quieres conocer las tuyas lleva una muestra de heces al laboratorio.

DesignEl intestino es un tubo largo (mide sobre 11m el delgado y sobre 1,5m el grueso), con escasa irrigación de vasos sanguíneos, recubierto de una mucosa o epitelio, es decir, la barrera de entrada al interior del cuerpo; entran alimentos, sino son útiles, no pasan la mucosa y salen como deshechos. El tubo realiza la metabolización o transformación de la comida en nutrientes necesarios para vivir. Imagina una planta de gestión de residuos. El sistema digestivo funciona de forma parecida. Los desechos se arrojan a una cinta transportadora para su selección por tamaño, clase e importancia; el estómago descarga su contenido (nuestra última comida) en el intestino delgado y comienza un proceso de selección de materiales -grasas, proteínas, glúcidos, sal, vitaminas, etc.- Los alimentos recorren el intestino con mucha rapidez y, si a esto sumas la competitividad entre microbios por los nutrientes, les obligas a ser rápidos consumidores. Si el flujo intestinal es demasiado rápido cursará diarrea, si es lento cursará estreñimiento. Los microbios mejor adaptados a un flujo rápido aumentarán su población cuando el tránsito intestinal sea rápido y viceversa.

El siguiente paso, la parte indigerible que no se ha absorbido pasa al intestino grueso para su transformación por parte de las bacterias. Aquí es dónde viven tus «bichitos». Si por circunstancias, los bichitos pasan al intestino delgado, generarán problemas de salud. Piensa que si tenemos el tubo mal cuidado, poco poblado, Designescasa diversidad, con bacterias u hongos, oportunistas y patógenos (como Candida albicans o Clostridium difficile), contaminado por alimentos mal digeridos o poco masticados y/o atascados por materia fecal, aparecerán alergias, estreñimiento, diarrea, gases, inflamaciones, alteraciones en la piel, cambios de humor, problemas mentales, etc. Un buen montón de problemas que se relacionan con el estado de tu microbiota y tu alimentación.

Y todo esto comienza siendo bebés (vídeo ilustrativo). Los microbios benefician al bebé. A su vez, en la leche materna están presentes oligosacáridos, que alimentan las bacterias (Bifidobacterium infantis) del bebé. Aquellos bebés alimentados con leche industrial, tienen más cólicos del lactante, porque tienen más bacterias tipo Proteobacteria y menos Bífidobacterias y/o Lactobacillus. Cuanto más amamantéis a vuestros hijos mejor microbiota tendrán. A su misma vez, sin caer en los extremos, el exceso de higienizar que nos han creado, también repercute negativamente en la variedad de la microbiota y por tanto, en su salud, ahora y luego.

IMG_0804El eje cerebro-intestino-microbiota. Tus bichitos son responsables de tu felicidad. Fabrican el 95% de la serotonina y dopamina (hormonas de la felicidad). Ciertas sustancias químicas producidas por la microbiota pueden comunicarse con el cerebro y afectar al apetito o la saciedad, con ello, también afectan (en modo cascada) tu estado de ánimo, tu comportamiento e incluso son capaces de alterar enfermedades neurológicas.

El sistema nervioso entérico, tu segundo cerebro, formado por 100 millones de neuronas,  espacio con más neuronas después del cerebro, es el responsable de sentir ciertas emociones en la tripa y de hacer la digestión sin contar con el hipotálamo. Pero no sólo realiza tareas fisiológicas, sino que, influye en las emociones, responde a estados de nervios o estrés. En 2011, un estudio de la Universidad MacMaster (Canadá) recopiló evidencias de que los bichitos influyen en la conducta (ansiedad, depresión, autísmo tardío). Otro en 2013, en Suecia (instituto Karolinska y el instituto del Genoma de Singapur), manifestó que la colonización microbiana del infante es decisiva en el desarrollo del cerebro, fundamental para el aprendizaje, la memoria y el control motor. Ya se constató que la ansiedad provoca diarreas y la depresión disminuye la digestión y asimilación de alimentos.

Por tanto, los bichitos, pueden determinar nuestras interacciones con el entorno, protegernos o predisponernos a alergias y enfermedades. Pueden inhibir y/o agravar procesos inflamatorios. Pueden pueden protegernos de la obesidad y la diabetes. Pueden interactuar con determinados edulcorantes sintéticos para causar resistencia a la insulina y aumento de peso a determinados individuos y hasta manipularnos para que comamos algo concreto. enlace. enlace.

Digo «pueden» porque todavía no se sabe a ciencia cierta cómo son estas interrelaciones. Muchas de las prácticas que se hacen son estudios en ratones gnotobióticos de laboratorios, algunas en humanos, pues es difícil hacer observaciones en vivo y sacar microbios intestinales para reproducir in vitro. Aún se está en pañales. Sin embargo, los granjeros saben desde hace décadas que administrar antibióticos al ganado incrementa un 15% el peso, de grasa corporal; Y cada vez más estudios confirman: que no somos axénicos ni gnotobióticos, al contrario, la alianza con los microbios comienza justo al nacer, con los microbios vagino-anal de mamá o por microbios «ambientales» si naciste con cesárea; que esos primeros microbios colonizadores te ayudan a digerir la leche materna; que existe relación entre la cantidad de Firmicutes y el grado de delgadez o Bacteroides y el grado de obesidad enlace; que existe una clara relación entre el consumo de fibra y el desarrollo de una buena microbiota; que el uso indiscriminado de antibióticos genera disbiosis intestinal y problemas de salud; que la drástica higienización occidental no es tan benigna; que la alimentación influye sobremanera en la disbiosis intestinal; que determinados microbios potencian la salud; que cada persona tiene una propia, personal y transferible microbiota; que la microbiota no es estable sino que cambia con la edad y con la alimentación; que las heces y su olor son resultado del estado de tus «bichitos»; que tener mascota aumenta la microbiota; que a mayor variedad de microbios mejor estado de salud… y así podría seguir con «que» y «que«.

¿Qué comen los «bichitos»? Se habla de microbios mutualistas o de simbiosis. Los microbios no son gorrones.Design Los «bichitos» fermentan materiales que nuestro cuerpo no puede utilizar y a cambio, nos dan energía, en forma de ácidos grasos de cadena corta o AGCC. Unos ácidos que nutren las células del epitelio o enterocitos. Gran parte es fibra alimentaria, carbohidratos complejos no digestibles u oligosacáridos,  que las enzimas humanas son incapaces de digerir y convertir en nutrientes útiles. Las proteínas y péptidos también llegan al colon, donde la proteolisis microbiana (Clostridium y enterobacterias) generan metabolitos nitrogenados y poliamidas (=desechos tóxicos de los microbios). En cuanto a las grasas, las bacterias producen compuestos saludables como el ácido linoleico conjugado, ácidos grasos poliinsaturados omega3 y ácidos biliares secundarios. También consumen polifenoles (presentes en frutas y verduras) con efectos antioxidantes, etc. Otras bacterias como Lactobacillus reuteri, pueden crear vitaminas, como la K o la mayoría de las B.

DesignLas bacterias de la microbiota se asemejan a un árbol con pocas ramas y muchos brazos. Las ramas serían 5 de más de 100 existentes: Firmicutes, Bacteroides, Actinobacteria, Proteobacteria y Verucorrubia. Las 2 primeras representan el 90% del ecosistema intestinal.

Streptococcus compite con las células epiteliares por los carbohidratos simples y producen ácido láctico, que es usado por Veillonela como fuente de carbono y energía.

El hongo Candida albicans aumenta en los niños que ingieren mucho azúcar.

La bacteria Oxalobacter formigenes metaboliza los oxalatos presentes en muchos vegetales y cereales que inhiben la absorción del calcio y favorecen los cálculos renales.(4)

La bacteria Shigella, causa infección con diarrea sangrante. Normalmente se controla con antibióticos, pero los investigadores han descubierto que si se comen plátanos verdes cocidos junto con el antibiótico, se recupera la salud con mayor rapidez (1).

¿La microbiota envejece? La investigación sobre el microbioma humano es una revolución para comprender la fisiología humana. Los estudios con ratones (fuente de experimentación) sugieren que, como cualquier otro aspecto físico o mental humano, con el paso del tiempo también se deteriora. La rapidez con que lo haga puede servir para predecir a qué velocidad lo hará nuestra salud. Con los años, si no se ha cuidado bien el epitelio intestinal, puede llegar una mayor permeabilidad intestinal, en concreto a personas con intolerancia al gluten y la leche de vaca, con lo cual proteínas y glúcidos pasan a la sangre desencadenando reacciones de inmunodeficiencia.

¿Qué ocurre si las bacterias «comensales » de tu microbiota rompen el pacto e invaden el epitelio intestinal? Hay muchas causas que pueden alterar la barrera. Por ejemplo E. coli, habitante común, no causa daño en condiciones normales, pero existen cepas muy peligrosas de esta bacteria (una especie de Dr. jekyll y Mr. Hyde) como ocurrió en 2012, con la llamada «crisis del pepino». También el sistema inmune puede cometer errores y considere «enemigos » a las bacterias resilentes, o incluso a sus propias células. Los estados de tensión con estrés y los malos hábitos o una predisposición genética, también pueden generar permeabilidad intestinal.

Continuará…

Bibliografía:

1. «El intestino feliz: Cómo controlar el peso, el estado de ánimo y la salud a largo plazo». Justin y Erica Sonnenburg. Ed. Aguilar. 2016.

2. «Conozca su caca (Medicinas complementarias)». Adrian Schulte. Ed. Urano. 2017.

3. «Transforma tu salud: La clave está en las bacterias intestinales y las hormonas». Xevi Verdaguer. Ed. Grijalbo. 2017.

4. «La microbiota intestinal». Carmen Peláez y Teresa Requena. Csic. 2017.

Noticias de microbiología.

MOOC. «Los microbios que te rodean». Universidad de Navarra. 2017.

Proyecto Microbioma humano.

Vídeo… » viendo lo invisible «

Microbiota. Tóxicos en los alimentos

http://www.microgaia.net

Korpela K. Diet, Microbiota, and Metabolic health: Trade-Off between Saccharolytic and Proteolytic Fermentation. Annu Rev Food Sci Technol. 2018.

Que pasaría si no hubiese bacterias?

La microbiota intestinal regula el sistema inmune

Comer y las esferas.

Hace poco me preguntaron… Juan Carlos ¿Para tí… qué es comer sano? En ese momento una sutil sonrisa se dibujó en mi rostro y con una suave carcajada rompí mi silencio. «Mi querido amigo, disculpa mi emoción -le dije-, es una pregunta de las buenas. Eso sí, te adelanto que toda acción tiene efecto cual boomerang». La perplejidad asomó en la faz de mi buen amigo ante mi inesperado comentario. -«Te contesto en la próxima entrada de NUTRIMANIA»-.foto jc 2

«Mi buen amigo, podría decirte que la ciencia ha destacado determinados alimentos por sus propiedades o que nuestros ancestros comían esto o aquello; Que mejor alimentos locales y de temporada; Que tomes más súper alimentos; Que según tu img_0597grupo sanguíneo se te recomienda comer así; Que optes por vapor, limites la carne, los lácteos; Que la religión y la sociedad no permiten comer esto o lo otro, que los expertos dicen… bla, bla, bla…». 

Comer es una necesidad, un hecho fisiológico que no se limita a la simple ingesta. No es algo tan simple. Hay numerosos factores que influyen, por ejemplo: las condiciones ambientales «normales»: 25ºC, pH neutro, una determinada humedad, salinidad inferior al 3%… etc. Elementos que según su combinación, llevan consigo causas y efectos en otras esferas de nuestras vidas, se entrelazan y yuxtaponen. (Esferas)

Comer y perpetuar la especie son las ideas básicas que subyacen dentro de cada uno de nosotros. Toda nuestra dedicación va dirigida a cumplir estos imperativos. Estar bien alimentados genera fuerza, belleza y sexo. Este hecho físico incluye una impronta psicológica-emocional. Un ejemplo es la tenia–> terribles parásitos hermafroditas, cuando dos machos se encuentran, pelean y se lían a golpes de pene en un verdadero duelo. Quién salga ileso del combate seguirá siendo macho, el otro tendrá que convertirse en hembra, lista para la reproducción. Otro ejemplo es la maca. Durante la conquista del Perú, los caballos llevados por los españoles no podían procrear y  lo solucionaron con maca.  Aplicaron el principio hipocrático «que tu alimento sea tu medicina «.

Como ves, la alimentación es algo más que una dieta diaria, es un estilo de vida y la forma en que nos afecta. Todo lo que hacemos, nuestras decisiones, nuestros pensamientos, generan un impacto. No es lo mismo saber qué alimentos dan vida y cuáles podrían matarme, tener una edad u otra, casado o soltero, rico o pobre, delgado u obeso, enfermo o sano, tener o no tener dientes, estar embarazada, comer fuera de casa o hacer tú la comida, comer solo o acompañado, comer tranquilo o en 20′, ser vegano u omnívoro, tener monodieta o dieta variada, vivir en otro país, hacer ejercicio o ver TV, estar sin empleo, saber que algo no te combiene y aún así, hacerlo, padecer bulimia, anorexia, anemia... así hasta el infinito y más allá. (Esferas)

Somos seres únicos e irrepetibles, con pensamientos, emociones y características que interactúan. (Esferas) Lo que comemos nos afecta de forma diferente. img_0598Para nuestro cuerpo algo puede ser sano, pero nuestra mente puede incitarte a desear y comer algo diferente o insano. Con sólo cambiar de dieta, cambia tu visión del mundo, cambia tu forma de vivir. Lo mismo ocurre con tus pensamientos, validando el planteamiento platónico el pensamiento genera y altera la realidad. Además, nuestra alimentación también está ligada a una comunidad microbiana, modificable y modificadora, generando una impronta en la salud. Nuestra diferente y distinta microbiota personal, es decir, tus microbios, pueden hacerte la vida sana o insana (enlace).

Comemos para tener energía. Todo está relacionado con la energía. Se nos llama seres de luz por la energía que contenemos, desprendemos y necesitamos. Para mi, esta energía se canaliza en esferas. Esferas que interaccionan entre si, holística y permanentemente. Existen 5 esferas: física, mental, emocional, ambiental y temporal. La esfera temporal engloba al resto de las esferas y las marca (véase los ciclos circadianos).

Existen distintos campos para estudiar y entender dichas esferas y su proyección física. No existe duda que todo pensamiento tiene energía propia y es proyectado en la esfera física.

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Esto no es algo nuevo. Lo nuevo es poderles dar nombre. A mi entender… podría decir que de la esfera física se encarga la medicina, de la esfera emocional se podría encargar la biodescodificación, de la esfera espiritual se encarga la religión, las creencias. Los chakras se ocupan de lo que yo identifico como la Trinidad: cuerpo, alma y espíritu. De la esfera ambiental se encarga la epigenética. La vuelta a la armonía o equilibrio energético de estas esferas se estudia para solventar diversas patologías. 

Comer, es decir, la obtención de energía mediante la metabolización (esfera física), comienza en la esfera mental (soy consciente, debo comer para vivir) y emocional (¿Qué comerqué me apetece comprar?) e interacciona con las otras esferas… depende del salario, de a quién va dirigida la comida, cómo, cuándo, dónde lo voy a cocinar, que ingredientes necesito… si tienes dientes o prótesis… de tu religión… de tu sociedad… de tu entorno inmediato… de tu salud ahora… tu alimentación seguirá distintos derroteros .

Comer debería ser un placer (esfera emocional) tanto en su preparación, presentación, tratamiento e ingesta (esfera física) y alcanza su climax (emocional, física y mental) cuando se realiza en compañía (esfera ambiental y temporal). Es más, este hecho se acentúa cuando la persona tiene que comer sola, siempre busca algo que la distraiga… TV, prensa, hurgar en su celular, mirar a la gente pasar… es decir, desenfocamos del hecho en sí mismo, no damos el valor y disfrute que merece. Es tratado como un mero tránsito. Algo por lo que hay que pasar.

Esto es un error que origina problemas en cascada. Si estás «ausente», desenfocado de tu comida, seguramente tragarás en vez de masticar, esto hará que ingieras más aire de lo debido (gases, aerofagia). Si no haces una masticación adecuada, la digestión será lenta y pesada, puede causar sueño (el cuerpo te «apaga» para realizar el metabolismo); cuanto más masticamos más lento comemos y mayor sensación de estar saciados, habiendo ingerido menos cantidad de alimento. Así mismo, la falta de masticación te llevará a necesitar de líquido para poder pasar los trozos de comida, pues la saliva no ha hecho su función de «engrase», en su discurrir hacia el esófago. Tu esfera física hará que puedas sentirte mal y esto influirá en tu esfera emocional (cambios de humor), en la forma en que tratas a la gente y a las cosas.

Sigamos, cuanto menos masticas mayor trabajo para tus intestinos y su microbiota (aerofagia); cuanto más sal lleve la comida, más líquido necesitarás ingerir (la sal es buena reteniendo líquidos), a su vez, si en vez de agua, tomas otras bebidas que favorecen la img_0601deshidratación (cervezas, vinos, sodas…) puedes generar retención de líquidos por deshidratación. Si comiendo… te pasas con el alcohol y el hígado no consigue metabolizar el alcohol, tu estómago (el segundo cerebro) te hace «sentir raro, mal»…  buscas el wc… a devolver.

Es decir, el simple hecho de comer… una cosa u otra… o de no comer… conlleva respuestas en todo tu cuerpo y a todos los niveles. Ser omnívoro, vegetariano, carnívoro o ayunador modela respuestas diferentes en tus esferas. Si piensas en personas famosas por ser estereotipos de cada postulado, verás que emocional, espiritual y físicamente son diferentes. «Para los hindúes y los budistas, cuyas creencias relacionan el vegetarianismo con el respeto de la vida animal, tienen al estómago como el recipiente de las bajas pasiones, como el recipiente de la maldad; Se cuenta que Mahatma Gandhi creyó que comer carne , como los demás, lo haría más fuerte y atrevido y que si todo el país adquiriera esa costumbre, derrocaría a los ingleses. El intento de Gandhi fue un fracaso total, se atragantó con cada bocado, le pesaba la vergüenza de la opinión de sus padres viéndole comer carne, ser un transgresor, un carnívoro…» (Mors repentina: Ensayo sobre la grandeza y miseria del cuerpo. F. G. Crussí. 1986).

En mi opinión el término «vegetariano» es engañoso, político… porque es una palabra-código que usan aquellos a quienes les desagrada y/o protestan sobre el consumo de alimentos de origen animal. El término correcto seria amante o entusiasta de los vegetales.

Un carnívoro tendrá una flora intestinal o microbiota diferente a la del vegetariano. Hay estudios que sugieren una relación entre la composición de la microbiota intestinal y el desarrollo de determinadas enfermedades metabólicas (enlace). Hasta sexualmente existen diferencias entre vegetarianos y carnívoros (enlace) (enlace).

Comer es como el sexo.img-20161126-wa0004… se mueven las 5 esferas.. hay que prepararlo, estimularlo, sentirlo, disfrutarlo y mejor… si estás acompañado por quien tú quieres, en el ambiente adecuado y en el momento preciso.

Comer alcachofas… contiene múltiples propiedades, una de ellas, su capacidad de… flatulencia… os imagináis haciendo el amor, ejecutando alguna postura o genuflexión y que aparezcan inoportunos gases… No quiero decir que cuando comas alcachofas no practiques sexo. Es un ejemplo de cómo cambian las cosas según tu alimentación. Pongamos otro ejemplo… el ajo… comer ajos crudos habitualmente genera poder sexual en el hombre… pero quién es la guapa que te da un beso?    me seguis…

¿ Quién vive DENTRO de ti ?

¿Sabías que las bacterias que albergas en tu cuerpo exceden en número a tus células? por cada célula, tenemos 10 bacterias. De hecho, el 90% del material genético en tu cuerpo no es tuyo, sino de las bacterias, hongos, virus y otros microorganismos que componen la microflora, lo que se conoce como microbioma(1).–>El término microbioma lo acuñó en 2001 Joshua Lederberg, biólogo molecular estadounidense que fue uno de los tres investigadores que obtuvieron en 1958 el Premio Nobel de Medicina; a él se lo otorgaron por sus estudios genéticos en bacterias. Originalmente, “microbioma” se refería al conjunto de genes de nuestros microorganismos comensales que forman la microbiota, pero hoy en día ambos términos se usan como sinónimos.

Aunque hay bacterias por doquier, no es mi objetivo asustarte. Desde hace unos años, esas comunidades bacterianas empezaron a verse como auténticos ecosistemas (un ejemplo es el artículo publicado en la revista Journal of Investigative Dermatology Symposium Proceedings en 2001, del investigador David N. Fredricks, de la Escuela de Medicina de la Universidad de Stanford. Él señala que el ecosistema del suelo es una buena analogía del ecosistema de la piel humana y que en este último hay múltiples nichos: “la axila puede ser tan diferente del tronco como una selva tropical de un desierto”). 

En la primera mitad del s. XX la investigación en nutrición humana se centró en el papel de los nutrientes esenciales, particularmente vitaminas. Tras la segunda guerra mundial, es cada vez más aceptada la idea de la estrecha relación entre alimentación y salud, desde que en 1904, Metchnikoff (premio nobel 1908) presentó la teoría de que los lácteos eran buenos para la salud y estos productos biológicos han sido considerados buenos por y para los consumidores.

¿Sabías que no todos los productos etiquetados como ‘yogur’ lo son? Según la actual legislación española (Norma de Calidad BOE 18-2-2003) únicamente se puede denominar «yogur» al producto fermentado por la acción de dos bacterias: Lactobacillus bulgaricus y Streptococcus thermophilus. El resto de productos… que incluyen otras bacterias, como las bifidobacterias o los lactobacilos, se engloban en lo que se denomina leches fermentadas.   ¿Sabes lo que compras?   El yogur es una variedad de leche fermentada en la que el ácido láctico, obtenido por la descomposición de la lactosa, forma un gel firme constituido por caseína. Se inició en Asia y se introdujo en Europa a través de Turquía y Bulgaria. Los búlgaros están orgullosos por poseer un gran número de personas centenarias, (el ácido láctico no es garantía de ser centenario), aunque es bueno para el aparato digestivo porque destruye los gérmenes que originan putrefacción, los cuales están presentes en las infecciones intestinales y no pueden vivir en un ambiente ácido. Otros son el Kefir (Balcanes-Caucaso) por adicción de gránulos de una bacteria láctica, y que resulta ligeramente alcohólico (1%); el Koumis de Europa Central, de leche fermentada de yegua; el Dhallë y la Salcë (suero de leche) de Albania.

Desde hace algunos años ha aumentado el interés en conocer mejor la flora intestinal. Se sabe que contiene, al menos 500 diferentes tipos de bacterias que viven en simbiosis con su huésped (con nosotros). La composición de la flora intestinal es casi constante en cada uno de nosotros a pesar de las considerables variaciones intraindividuales en nuestra dieta. Su estable composición es indicativo de la existencia de un balanceado ecosistema, al memos en los individuos sanos, que difícilmente se altera (1).

Aparte de su valor nutritivo, debido a las bacterias que contiene el yogur de forma natural, uno de sus mayores logros es su valor probiótico (que significa “a favor de la vida”). En numerosos trabajos científicos se han observado que, ingeridos en cantidades suficientes, los microorganismos del yogur colaboran en la digestión de la lactosa en aquellas personas que son sensibles o intolerantes, regulan la flora intestinal, protegen frente a la toma de antibióticos, regulan el tránsito intestinal, tienen efectos positivos sobre episodios diarreicos y en el estreñimiento, ayudan a la eliminación de sustancias tóxicas y carcinógenas y producen ciertos tipos de células del sistema inmunitario.(1)

La microbiota bacteriana del intestino grueso de los humanos comprende un 95% del total de sus células. Las actividades de dicha microflora, residente en el colon, representa un importante papel en la nutrición del huésped por lo que la modulación dietética en el intestino humano puede proporcionar grandes beneficios a la salud. El colon es la diana de las intervenciones dietéticas (2).

Mira este video divertido de pocos minutos. Comprenderás más.

¿Sabías que el tracto gastrointestinal es estéril en el momento del nacimiento y la colonización bacteriana comienza en el parto, desde la flora materna fecal o vaginal y/o el ambiente? El lactante adquiere los gérmenes al ingerir líquido vaginal en el momento del parto. Debido a que la flora vaginal e intestinal son similares, la del lactante se asemeja a la de su madre. En los partos por cesárea, los bebes, son colonizados con flora del ambiente hospitalario y por ello difiere de la materna. Las bacterias que inicialmente se instalan en el colon son organismos anaeróbicos como Escherichia coli y estreptocos (conocida por la abreviación de su nombre, E. coli, es quizás el organismo procariota más estudiado por el ser humano. Se trata de una enterobacteria que se encuentra generalmente en los intestinos animales, y por ende en las aguas negras, pero se lo puede encontrar en todos lados, dado que es un organismo ubicuo. En individuos sanos, es decir, si la bacteria no adquiere elementos genéticos que codifican factores virulentos, la bacteria actúa como un comensal formando parte de la flora intestinal y ayudando así a la absorción de nutrientes). Esta y otras bacterias son necesarias para el funcionamiento correcto del proceso digestivo, además de producir las vitaminas B y K. Es anaerobio (vive en ausencia de oxígeno), es capaz de fermentar la glucosa y la lactosa. Es una bacteria utilizada frecuentemente en experimentos de genética y biología molecular.

Estos primeros colonizadores metabolizan cualquier traza de oxígeno y así reducen el ambiente a altas condiciones anaeróbicas. Los bebés de pecho tienen bifidobacterias como género numérico predominante, mientras que los alimentados con leches formuladas presentan una flora más compleja, tipo adulto, con clostridios, bacteroides, bifidobacterias y estreptococos como géneros prevalentes (3).

La principal razón de estas diferencias es que la leche materna contiene un «factor bifidus» (una glicoproteína con glucosa, galactosa, fructosa y N-acetil glucosamina) que estimula el crecimientos de bifidobacterias. Los lactantes de pecho tienen menos problemas gastrointestinales, lo que puede atribuirse a los efectos anti-patógenos que ejercen las bifidobacterias. La fase final de adquisición de flora llega con el destete, en el que se desarrolla una compleja flora (4).

Una serie de hechos pueden altrerar la flora intestinal e inducir la colonización por bacterias indeseables. Incluyen el tratamiento con antibióticos, contaminación alimenticia (Salmonella app., Campylobacter app., Eschertichia coli), infecciones virásicas, disminución del jugo gástrico y enlentecimiento de la motilidad intestinal. El intestino además de la digestión, también realiza la función de ser barrera que evita la invasión bacteriana en la que intervienen: secreción gástrica ácida, jugos biliares y pancreáticos, motilidad y perístalsis intestinal, rechazo de células epiteliales, secreción de inmunoglobulinas y actividad lisosomal y de macrófagos.

La microbiota residente en el tracto intestinal fermenta sustancias, principalmente las aportadas por la dieta, que no pueden ser digeridas por el huésped en el intestino delgado.

Estas incluyen almidón resistente a la digestión, polisacáridos no-almidón (fibra dietética), oligosacáridos, proteínas, aminoácidos, etc. En una dieta normal de adulto, cerca de 80 g. de alimento ingerido al día llega al intestino grueso y es susceptible de fermentar por la flora intestinal. Las dos formas de fermentación que se realizan en el intestino son la sacarolítica y la proteolítica(5).

La modulación dietética de la flora intestinal se realiza desde hace años. La microflora contiene bacterias, unas que pueden considerarse promotoras de la salud y otras, patógenas. Las bifidobacterias y los lactobacilos pueden ayudar a mejorar la resistencia a las infecciones intestinales bien inhibiendo el crecimiento de microorganismos patógenos, disminuyendo los niveles de los lípidos séricos, bien mejorando la respuesta inmune y protegiendo contra el desarrollo de determinados tipos de cánceres. El uso de probióticos ha sido amplio y los alimentos de leches fermentadas se admiten como beneficiosos para aumentar las poblaciones del colon.

Probiótico: es un suplemento alimentario para la alimentación humana/animal, que contiene microorganismos vivos que mejoran el equilibrio microbiano. También se conoce como probióticos a organismos vivos (en cultivo mixto o monocultivo) que ejercen efectos favorables a la salud cuando son ingeridos al mejorar las propiedades de la flora intestinal. Las principales cepas de bacterias utilizadas son lactobacillus acidophilus y varias especies de bifidobacterium, son los microorganismos dominantes en el intestino delgado y grueso (6).

Microorganismos utilizados como probióticos: Las especies Lactobacillus y bifidobacterium son las más frecuentes.  (Son los buenos de la película). En este enlace podéis encontrar más información. www.scpediatria.cat/primaria/wp-content/uploads/PROBIOTICOS.pdf

Estos microorganismos tendrían la capacidad de inhibir el crecimiento de otros patógenos por medio de la producción de ácidos orgánicos y bactericidas, así como por la deconjugación de las sales biliares (1). Además las bifidobacterias también producen glutamina a partir de NH4 y ácido glutámico. La glutamina es un importante suplemento para el epitelio intestinal y el mantenimiento de la mucosa. Además, algunos metabolitos de estas bacterias (buriato y acetato), crean un ambiente dañino para patógenos como E. coli, Salmonella, S. aureus.bacterias-beneficiosas-y-bacterias-perjudiciales-1-728

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Los criterios para que un probiótico sea suplemento alimentario la cepa debe: a) no ser patógena, ni toxigénica y preferentemente de origen humano; b) tener estabilidad para garantizar la supervivencia en el tracto gastrointestinal; c) capacidad de producir componentes antoimicrobianos; e) poseer antagonismo frente a bacterias patógenas; f) haber demostrado clínicamente sus efectos beneficiosos en la salud; g) retener viabilidad durante el almacenamiento y uso; h) presentar seguridad demostrada en alimentos y en su utilización.

Las indicaciones en el uso de probiótocos pueden agruparse en:

  • Demostradas: a) diarrea por rotavirus; b) reducción de efectos indeseables asociados a antibióticos.
  • Posibles: a) alergias alimentarias e intolerancia a la lactosa; b) eccema atópico; c) prevención de vaginitis; d) infección urogenital; e) síndrome de intestino irritable; f)enfermedad inflamatoria intestinal; g) fibrosis quística; h) diarrea del viajero; i) caries dental; f) estimulación de l administración de vacunas por vía oral; k) infección de H. pylori; l) diversos tipos de cáncer.

Efectos secundarios: los casos de infección por lactobacillus y bifidobacterium son extremadamente raros. No existe evidencia de que el consumo de estos probióticos incremente el riesgo de infecciones por gérmenes oportunistas (1).

La microbiota intestinal es un componente clave en el metabolismo y la inmunidad humana. No es por tanto sorprendente que el uso de cepas seleccionadas puedan proporcionar una gran variedad de sustancias de origen microbiológico. Por ello, los científicos buscan Probioticos genéticamente modificados (GM).

Se observó que algunos antibióticos suprimen parte de la flora que protege frente a patógenos (salmonela, Shigella flexneri, Vibrio cholerae). La microflora es responsable de la conversión de ciertos inofensivos componentes dietéticos en activas toxinas.

Bibliografia:

1. Nutrición en pediatría. 2007. M. Bueno, A. Sarría, J.M. Pérez-González. Ed. Ergón. Cap.24.

2. Conway PL. Prebiotics and humans health: the state of the art and future perspectives. Scand J Nutr 2001.

3. Hall MA, Cole CB, Smith SL, Fuller R, Rollers CJ. Factors influencing the presence of faecal lactobacilli on early infancy. Arch Dis Child 1990.

4 . Mitsuoka T. Intestinal bacteria and health. Tokyo, Harcourt Brace Jovanovich, 1978.

5.  Gibson GR, Collins MD. Concept of balanced colonic microbiota, prebiotics and symbiotics. En: Hanson LA, Yolken RH, eds. Probiotics, other nutritional factors and intestinal microflora. Nestlé Nutrition Workshop Series, Philadelphia, Lippincott-Raven, 1999.

6.Anuradha S, Rajeshwari K. Probiotics in health and disease. JIACM 2005

7. Que pasa cuando morimos?